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miércoles, 18 de marzo de 2015

Horns (2013)



DIRECTOR: Alexandre Aja


GUION: Keith Bunin (Novela: Joe Hill)


REPARTO: Daniel Radcliffe, Juno Temple, Max Minguella y Joe Anderson.


DURACION: 123 min



No he visto Furia (1999), pero Haute Tension (2003) y el remake de Las Colinas tienen Ojos (2006) me bastan para opinar que Alexandre Aja es/era uno de los directores más prometedores dentro del género. 

Me da igual lo que suelen decir sus detractores, ‘este tío nunca hace nada original’, ‘Haute Tension es un plagio de tal novela o película…’ Todo eso, me da igual.

Pienso que Haute Tension (2003) es una película cojonuda, un slasher violento con transfondo sexual.

El remake de Las Colinas supera y con creces al original de Wes Craven. Porque para eso deberían estar los remakes, para modificar un producto que estuvo obsoleto desde el día de su estreno. Todo lo demás, puro negocio.

Mirrors (2008) y Piraña 2010 (a excepción de la masacre en la fiesta acuática con Eli Roth) son películas muy regulares.

Debo puntualizar que no he leído la novela de Joe Hill.


A simple vista (opinión personal) Horns (2013) tiene un protagonista que no llama para nada mi atención. No diré que Daniel Radcliffe siempre será Harry Potter, por mucho que me digan que Christopher Reeve (pese a ser un actor estupendo) siempre será Superman. La ventaja de este chaval es que dicha saga fue rodada durante su infancia y parte de su adolescencia, los cambios físicos y las elecciones profesionales pueden cambiar el rumbo de su trayectoria sin ningún problema.

La verdad es que después del visionado el actor me ha sorprendido, ya que el primer candidato para el papel (Aaron Paul, Jesse en Breaking Bad) me parecía más adecuado.



El film nos cuenta una historia de amor con un toque fantástico que culmina en una historia de venganza.





No sé si la novela tiene el mismo problema que la película, pero HORNS se deshincha poco a poco a medida que avanza su metraje.


LO MEJOR

- Un reparto con nombres no demasiado conocidos para el gran público pero geniales casi todos ellos. Desde la prometedora Juno Temple (Killer Joe, Sin City 2), David Morse (La Roca, Corazones en Atlántida), Joe Anderson (The River, Across the universe), James Remar (Dexter, Django Unchained) o Max Minghella (Ágora, La Red Social), hijo del desparecido director Anthony Minghella (El Paciente Inglés).

- La escena con las drogas entre entre Ig y Terry, enfermiza y agobiante es poco.

- Los dos policías y su pequeño secreto.

- Toda la situación en el dentista, desde la sala de espera, pasando por el flashback anestesiado o la finalización de la visita.

- Las canciones escogidas para poblar su banda sonora, Pixies incluidos. 




LO PEOR

- Le sobra media horita.


Conclusión

Estupenda y divertida comedia fantástica con algunos toques gore/violentos de lo más acertados.
No será la película de tú vida, aunque vale la pena echarle un vistazo.


 

miércoles, 4 de marzo de 2015

Nightcrawler (2014)


DIRECTOR: Dan Gilroy

GUION: Dan Gilroy

REPARTO: Jake Gyllenhaal, Rene Russo, Riz Ahmed y Bill Paxton

DURACION: 113 min


Siempre he intentando estar atento cuando un (buen) guionista decide dar el salto a la dirección, evidentemente en la mayoría de los casos dirigiendo su propio libreto. El ejemplo más popular lo encontraríamos en David Koepp, guionista de Jurassic Park (1993), La Muerte os sienta tan bien (1992), Misión:Imposible (1996) o Snake Eyes (1998) entre muchas otras. Debutó con una estupenda película titulada El Efecto Dominó (1996) a la que siguieron El Último Escalón (1999) o La Ventana Secreta (2004). Aunque mi salto favorito fue el de Lawrence Kasdan, sus manos crearon los guiones de El Imperio Contraataca (1980), En Busca de el Arca perdida (1981) o El Retorno del Jedi (1983). En su faceta de realizador nos regaló algunas joyas como Fuego en el Cuerpo (1981), Grand Canyon (1991) o El Cazador de Sueños (2003).

Ahora ha llegado el turno de Dan Gilroy, autor del libreto de una película que durante mi infancia ví varias veces, se titulaba Freejack (1992). Un thriller futurista con viajes en el tiempo protagonizado por Emilio Estevez, Anthony Hopkins, Mick Jagger (¿?) y Rene Russo, esta última también presente en el reparto del film que nos ocupa.

Nightcrawler (2014) nos ofrece una descarada, dura y sarcástica visión del actual mundo de la televisión en los Estados Unidos.

Un relato que tiene algo muy claro, existen ciertos individuos que gracias a presiones que ejerce la sociedad, se empeñan en soñar con la figura del hombre de éxito que se hace a si mismo sea cuál sea el precio y que no duda en pasar por encima de cualquier cadáver.

Algo que el estupendo guión de Gilroy y el genial trabajo de Jake Gyllenhall se encargan de plasmar a la perfección.

Muchos se empeñan en compararla con Taxi Driver (1976) aunque a mi me parece que más bien se ha tenido en cuenta su estética en algunos aspectos de la promoción. Es todo un acierto no caer en el error de sobrecargar las imágenes con detalles de la denominada y muy de moda estética ‘arty’. Neones, humo, música techno y un ambiente setentero que ya utilizaba y en mi opinión con exceso la película Drive (2011). Algo que a mi parecer llevó mucho mejor la divertida The Guest (2014).


LO MEJOR

- El trabajo de Jake Gyllenhall y Rene Russo. Él a nivel interpretativo y físico. Aunque lo parezca, no es nada fácil hacer lo que hace este hombre con un simple peinado, unos pocos kilos de menos o unos andares y gestos perfectos. Ella, ya entrada en años, sigue siendo aquella preciosa mujer con una presencia envidiable y que no ha perdido ni una pizca de su personalidad artística, además consigue aguantar el tipo frente al motivado protagonista.

Su cara a cara en el plató de televisión o el restaurante serían buenos ejemplos.

- Tiene unos buenos secundarios, sin duda Bill Paxton o Riz Ahmed amenizan la situación en más de una ocasión.

- El guión (nominado al Oscar) es bueno y efectivo, pese a no ser una obra maestra. ¿Y qué?

- El montaje ayuda (y mucho) al conjunto. 


LO PEOR 

- Licencias que la historia se permite a nivel legal o jurídico, pero no me importa. Quizás en una adaptación de John Grisham, vale. Aquí no me molesta. 



Conclusión

 Creo que estamos ante una de esas películas que a muchos podrá gustar pero a otros aburrirá.








lunes, 2 de marzo de 2015

PHENOMENA The ultimate cinematic experience / Last Action Hero, 1993 (El Último Gran Héroe)


Hubo una época dónde ir al cine era mucho más que un plan de Viernes noche o Domingo por la tarde, aquellos tiempos sin internet y dónde no teníamos una decena de revistas especializadas. A decir verdad, recuerdo que cuando era un niño las primeras imágenes que ahora podrías ver en una revista yo las veía por primera vez tras el cristal del escaparate, acompañando al cartel principal de la película. Fotografías comerciales del film que en muchas ocasiones ya estaban deterioradas debido a su paso por varias salas, su exposición al sol o las chinchetas. Llegar un rato antes para pasearme por el hall de la sala en busca de carteles de próximos estrenos era un ritual obligatorio o comprar las palomitas tranquilamente para poder estar rodeado de las esperanzas que los espectadores habían depositado en la peli que estaban a punto de ver.

Estaría horas hablando de todos y cada uno de los detalles por los que yo (y muchos más) empezamos a amar el cine, pero estoy aquí para hablar de lo que la iniciativa PHENOMENA | The ultimate cinematic experience ha conseguido evocar con la apertura de su nuevo cine. 

Pude saborear la experiencia en el Palau de Congresos con la proyección de Gremlins (1984) y Grease (1978), y aunque aquello no se me olvidará en la vida, seguía faltando algo.

Por suerte, ese algo ya existe. Se acabaron los traslados de una sala a otra. Phenomena ya tiene su centro de mando y al volante uno de sus máximos responsables: Nacho Cerdá.


Al poner un pie en dicha sala ya se empieza a respirar el amor por el cine. A ambos lados de la entrada, de camino a la taquilla se puede disfrutar de una selección de carteles clásicos junto a los geniales fotogramas que anteriormente comentaba. Antes de acceder al hall principal, una alfombra que nos advierte: LA REALIDAD TERMINA AQUÍ.

 

Al entrar Steven Spielberg te da la bienvenida metido dentro del animatronic utilizado en Jaws (1975) y Ridley Scott nos mira junto a Sigourney Weaver en el rodaje de Alien (1979), en ese instante es cuando se confirma que todo detalle ha sido pensado con gran cariño, o eso me pareció al pisar la misma moqueta que se utilizó en El Resplandor (1980).

El bar es un lugar curioso aunque de lo más acogedor, supongo que debido a su iluminación. Puede ser considerado un dato friki pero debo felicitar a la persona que decidió poner cubitos de hielo en la coca cola y no esas cosas horribles que sirven en las multisalas y que diluyen el refresco.

Entrar en la sala provoca un orgasmo friki acojonante, empezando al traspasar las cortinas rojas (unas viejas conocidas) y acabar descubriendo el ambiente que desprenden los espectadores esperando ilusionados poder volver a ver en el cine (o incluso por primera vez) una película que marcó sus vidas. 



En esta ocasión ibamos a disfrutar de Last Action Hero (1993) conocida en España bajo el título de El Último Gran Héroe.




John Mctiernan es uno de mis directores favoritos (Jungla de Cristal, Depredador, Los Últimos Días del Edén o Basic lo demuestran) y las películas que se atreven a romper la cuarta pared me encantan. No había ningún motivo para ignorar esta gran ocasión. 

El film que nos ocupa en su momento fue infravalorado e incluso me atrevería a decir incomprendido. Quiero imaginar que debido a su ejercicio de metacine, la autoparodia de por aquel entonces uno de los mayores héroes de acción y dos grandes rivales: Cliffhanger (Máximo Riesgo, 1993) y Jurassic Park (1993).

Mctiernan nos regaló lo que perfectamente podría ser el Cinema Paradiso (1988) de los aficionados al cine de acción de finales de los ochenta e inicios de los 90.

El guión de Shane Black siempre quiso reírse de todos aquellos tópicos que habían definido al género y que en muy pocos años acabarían con él.

Nacho Cerdá nos brindó una pequeña introducción, explicando una movida que hubo con algunos estrenos cómo resultado de una huelga de dobladores que afectaron a varias películas que compitieron en taquilla aquel mismo año. Eso nos respondió a por qué Stallone o Arnold tienen una voz tan extraña y distinta en los doblajes de Máximo Riesgo y El Último Gran Héroe. 



Las luces se apagaron lentamente y las cortinas se abrieron para dar paso a la pantalla en la que veríamos la película en un estupendo cinemascope y un sonido que muchos cines querrían tener. 

Que voy a decir de esta maravilla, sigue siendo tan bonita cómo el día que se estrenó.
Desde las increíbles set pieces de acción, una lección de cine. Los guiños, cameos y homenajes o la rockera banda sonora. Una carta de amor al cine, que en su momento se atrevió a reírse de lo que estaba a punto de suceder.


Todos aplaudimos cuándo aparecieron las botas de Jack Slater por primera vez, o con los gritos y ataques de ansiedad del Sargento de policía.

Fue increíble volver a cruzarnos con Catherine Tramell o el T-1000. 

Ver morir a Al Leong (otra vez) o apreciar claramente los dobles de acción. 

Fijarte años después que la actriz que interpreta a la madre del niño es la misma que la de Tom Hakns en Big (1988) o que la muerte es Ian Mckellen. 

Disfrutar de unos fake trailers muchos años antes de Machete's y compañia.

O nos emocionamos al recordar lo que era poder soñar con entrar en una de tus películas favoritas.

Porque al fin y al cabo por eso recomiendo ir a Phenomena, hoy en día es el único cine que te permitirá volver a vivir las películas como antes y tendrás la oportunidad de compartir la experiencia con desconocidos que sienten el mismo cariño y respeto que tú por el cine.